Esta es una iniciativa de nuestra familia que vive en Collihuinco-Repil, a solo un kilómetro del Río Repil, desde hace ya 60 años. Queremos reconocer el valor que este lugar tiene para nuestras familias y agradecer el esfuerzo de nuestros padres y abuelos, quienes amaban esta tierra y criaron a sus hijos, nietos y bisnietos aquí.

Ellos crearon recuerdos y vivencias familiares que nos conectan con el bosque, el canto de los pájaros, las cascadas de copihue, el olor a tierra mojada y la lluvia relajante en los largos días de invierno. Además, recordamos las caminatas por el bosque en busca de frutos silvestres como nalcas, moras, maqui, murtas, digüeñes, pinatras, callampas, chupones, entre otros, que deleitaban nuestro paladar.

También disfrutábamos de la comida casera, una mezcla de comida local y mapuche. Y cómo olvidar los veranos y los paseos al Río Repil, con sus transparentes y puras aguas, donde disfrutábamos junto a nuestros hermanos, primos y amigos.